lunes, 25 de agosto de 2008

Quiero ser chino!

Quizás me acusarán de ingrato o de antipatriota. O hablarán a mis espaldas de lo loco que estoy. Pero - sin ninguna duda - los chinos tienen algo que nosotros no tenemos. No sé bien qué es, pero siempre están un paso adelante (o varios más) que 'chilito'.

Y qué mejor oportunidad para lucir esto que cuando tienen a todos los ojos del mundo sobre ellos. Realmente los chinos tiraron la casa por la ventana e hicieron unos Juegos Olímpicos espectaculares. Ganaron en las medallas, en la organización, en la limpieza de su imagen internacional y en todo.

A partir de las 8 horas con 8 minutos y 8 segundos del 8 del 8 del año 08, 14 mil actores a cargo de Zhang Yimou realizaron un tremendo espectáculo de 50 minutos, recorriendo la historia de China y proyectando su modernidad.

Claro que igual tienen sus 'yayitas'. Es que los chinos son taan curiosos. Según el semanario Ctrl+z, los encargados de seguridad estaban como los boy scout: siempre listos, y llevaban su buen pañal para no perder tiempo en ir al baño.

A los otros que les tocaron los premiados fueron a unos simpáticos ratones que debían probar las comidas antes de dárselas a los deportistas...
Resultado: 94 ratones con dopping positivo (ja!).

Para mi gusto, lo mejor de estos juegos fue la gran revelación del ganador del oro en saltos. El chino Liang Huo nos ilustró: “La medalla de oro, cuando la mordemos, no sabe muy bien”. En realidad, nunca lo podremos saber.

De todas formas, quiero ser chino. Pese a la contaminación de Beijing, las acusaciones de delitos contra los derechos humanos y el montón de gente que vive ahí, China se convertirá en la gran potencia del futuro.

Además, por el lado deportivo, derrotaron al histórico Estados Unidos, incluso en competencias donde nadie daba un peso por ellos, y se consolidaron también como potencia deportiva.


A nosotros sólo nos queda conformarnos con Fernando González y su triunfo. Por suerte en Chile hay algunas familias con los recursos suficientes para financiar una carrera deportiva. Si no fuera por esta decisión personal, ningún ADO, ni Subsecretarías de deportes - o como sea que se llamen - podrían defendernos.