Tras 21 largos meses de campaña, que comenzaron con una disputada elección interna en el lado demócrata entre el senador por Illinois y la también senadora, Hillary Clinton, Obama consiguió todos los estados que en la presidencial pasada conquistó John Kerry y logró otros siete que se habían inclinado por Bush hace cuatro años.
Para la historia queda el hecho de que sea el primer presidente afro americano de la historia estadounidense. Con 47 años, el recién electo primer mandatario deberá afrontar la situación heredada del gobierno de George W. Bush con el ‘cambio’ prometido para recuperar las confianzas entre los norteamericanos.
Además, asumirá en medio de la crisis económica generada por los créditos
“sub primes” y tratará de recuperar el prestigio internacional perdido tras ocho años de mandato del actual presidente republicano y las dos guerras a su haber.
Para la campaña electoral, Latinoamérica no fue ninguna prioridad – el mayor acercamiento fue el de McCain, al visitar Colombia - por lo que se prevé que las relaciones con los pueblos al sur del Río Grande se mantengan en situaciones similares a las actuales.
Quizás se podría aprovechar, en este sentido, la cercanía ideológica entre la presidenta Michelle Bachelet y el nuevo primer mandatario de Estados Unidos, con lo que, como dijo Berlusconi, la “amistad y cooperación” podría crecer entre el gobierno chileno y el estadounidense.
Sin embargo, Obama ha anunciado algunos condicionamientos medio ambientales y laborales, con lo que se piensa – incluso - que se podría llegar a renegociar el TLC con el país del norte para garantizar el cumplimiento de estos posibles requisitos.
Como candidato lo hizo bien. Veremos cómo le va ahora en el sillón presidencial, a partir del próximo 20 de enero.
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